Decimos adiós a la soñada Bali, a quien hemos conocido brevemente y nos ha conquistado. Pero nos vamos sin pena, ya que nuestro viaje se dirige ahora hacia las paradisiacas islas Gili. Estas pequeñas islas se sitúan junto a la isla de Lombok, tan cerca que se ven sus costas con total nitidez. En ellas están prohibidos los vehículos, te puedes mover andando y la vida promete tranquila. Después de tanto trajín estamos deseando darle al cuerpo tres días de relax absoluto, playa y naturaleza marina.
Para ir hasta allí, hemos comprado billetes para viajar en uno de los barcos de la compañía Ekajaya. Los dos tickets nos han costado unos 70 €, nos recogen en el hotel de Ubud y nos llevan hasta Padang Bai, desde donde zarpa el barco. Es un viaje muy cómodo y el trayecto en barco son sólo dos horas. Lo malo es que nos recogen muy temprano en el hotel y nos toca esperar una hora porque deben de ir con retraso. Quitando eso, es buena opción de viaje.
Las islas Gili son tres: Gili Trawangan, Gili Meno y Gili Air. Están muy cerca las unas de las otras y, si te apetece, puedes conocerlas todas tomando alguno de los botes públicos o privados. Nosotros decidimos hospedarnos en Gili Air y la verdad es que esa pequeña islita nos enamoró tanto que no sentimos la necesidad de movernos a ninguna de las otras. En un principio nuestro plan era pasar 3 días en ella y luego volar a Flores (Labuan Bajo) y coger allí uno de los tours en barco para visitar Komodo. Pero nos fallaron las reservas y tuvimos que cambiar la dirección. Así que finalmente encontramos plazas para hacer el viaje en barco a la inversa: Lombok-Komodo. Como los barcos no salen todos los días, eso nos obligó a quedarnos un día más en Gili Air. Algo que no nos importó en absoluto. ¿A quién le molesta pasar un día más en el paraíso?
Si dudas sobre cuál de las tres islas es la tuya, resumiendo diremos que Gili Trawangan es la que más bares y fiesta tiene, Gili Meno es la más desierta y tranquila y Gili Air parece ser un punto medio.
Gili Air es una isla tan pequeña que puedes rodearla andando por su blanca playa en una hora. Las «calles» que la atraviesan son de tierra, en lugar de vehículos motorizados tienen coches de caballos, viandantes, motos eléctricas y bicicletas. No existen las farolas. En cuanto se hace de noche, toda la luz que hay es la de los bares, restaurantes y hoteles, por lo que en algunos tramos hay oscuridad absoluta y recomendamos alumbrarse con alguna linterna, ya que a veces hay bichillos indeseables en medio del camino… (un día nos cruzamos con un escorpión minúsculo). La isla está llena de restaurantes y hoteles, pero también de vacas, de pollos, de gallos y de gatos. La gente que vive en ella parece feliz y sencilla. Viven de nosotros, los turistas, ya que la isla es puro turismo exterior, aunque para nada masificada (esto es algo que nos encanta). Creo que si pasas un mes en esa isla ya te conoces a todo el mundo. Los habitantes te saludan y te preguntan qué tal, aunque no te conozcan y no estén tratando de venderte nada. El ambiente que se respira en ese reducido espacio del mundo es de amabilidad absoluta y calma, mucha calma. Todo el mundo tiene una sonrisa espléndida para ti y, si te apetece, una conversación.
¿Y qué puedes hacer en 4 días en Gili Air? ¿O en 2? ¿O en 20? Pues lo primero de todo: relajarte y disfrutar de la vida. Además de eso, que no es poco, puedes pegarte horas tostándote al sol en sus blancas playas o caminarlas esquivando los restos de coral. Por cierto, imprescindible llevarse unas chanclas de río, ya que de otra forma no podrás ni meterte al agua, porque la isla está rodeada de arrecifes de coral. Tan sólo hay un punto en la isla con playa únicamente de arena en el que puedes darte un buen baño sin chanclas.
Por supuesto, tienes que hacer snorkel también. Además de poder disfrutar de los colores del jardín subacuático y de la danza de los pececillos de colores, podrás nadar entre tortugas. No es tan fácil verlas, pero si buscas en la zona adecuada (te la indicarán en un mapa en tu hotel nada más llegar) allí donde el fondo marino se precipita hacia la profundidad puedes encontrarte a alguna merendando coral.
De todas formas, hay mil oficinas de turismo que organizan excursiones de una mañana para salir a hacer snorkel y buscar tortugas. Nosotros decidimos coger una para pasar así una mañana y el guía nos llevó por el agua a una zona donde vimos a unas cuantas. La pena es que estás nadando con otras 30 personas y todo pierde su encanto. Fue mucho más mágico el día anterior, cuando estando solos vimos una enorme, que nos dejó pasar un buen rato a su lado. De todas formas, si decides coger una de estas excursiones, que cuestan unos 8 €, además te llevarán a bucear con las estatuas sumergidas de Gili Meno (aunque demasiado estresante con un montón de gente haciendo lo mismo que tú y chocándose contra ti) y comerás allí, por lo que puedes ver un poquitín cómo es esa isla también.
Pero hay más cosas que hacer: puedes hacer buceo, ya que hay muchas escuelas; puedes empezar el día con una revitalizante clase de yoga (yo me levanté un día con ganas y me gustó mucho la experiencia en la escuela de H2O, una clase por unos 8 €); hay también un gimnasio, clases de cocina, puedes salir a correr… Y, al atardecer, puedes ver la impresionante puesta de sol en la zona suroeste de la isla, con Lombok (jurásica y semioculta siempre entre nubes) a tu izquierda y las otras dos Gili a tu derecha, con el impresionante volcán Agung, de Bali, asomando a lo lejos. El atardecer es también buen momento para pasear por los arrecifes, que ahora han quedado al descubierto con la marea baja, y buscar sorprendentes bichillos incomprensibles en las pozas de agua. Otra opción es sentarte a tomar algo en alguno de los bares de la costa que tenga música en vivo. Suelen encender hogueras también.
Por la noche puedes volver a la playa y disfrutar de las estrellas del cielo y, si tienes suerte, de las que conforman unos diminutos moluscos que emiten en la orilla unos destellos azules.
Por supuesto, encontrarás también restaurantes donde puedes comer muy bien por poco dinero. Siempre será más económico comer o cenar en alguno de los restaurantes del interior de la isla. Nosotros podemos recomendar dos que nos gustaron especialmente: I am Bagus (su especialidad es el pollo asado, una delicia…) y el Warung Bambu ( muy económico, con comida local muy buena).
Nuestro viaje continúa por mar… hacia Komodo…
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Un comentario en “ISLAS GILI, NUESTRO PARAÍSO”